Peinarse, teñirse, cortarse, arreglarse el pelo es algo absolutamente cotidiano, ese rasgo de las mañanas de plantarse delante de un espejo y coger el cepillo o bien el peine para poner en orden los pelos a veces resulta cansino. Hay personas que irían todos los días al peluquero, hay clientas que estarían el día entero haciéndose tratamientos sentadas en el sillón de su peluquero o peluquera preferidos, es algo que gusta, relaja y muchas veces el peluquero-a es quién escucha, como si de un psiquiatra se tratara, las intimidades inconfesables de quiénes se sientan en esos mullidos sillones, es decir es como hacer un pack, me hago un “mise and plis” y además me deshago de mis problemas, el peluquero es muchas veces mucho más que un peluquero, es una persona que sin ser de la familia esconde secretos inconfesables de sus clientas-es. Los sociólogos explican que cuando un ser humano, especialmente las mujeres, tiene un mal día y se levanta de un humor atravesado, adopta dos soluciones para despejarse, ir de compras e ir a la peluquería, es decir salir de su problema para ir a gastar tiempo y dinero. También debemos mencionar que aquellas personas que viven de su imagen como modelos, estilistas, señoras estupendas que hacen publicidad, señoras famosas, actrices, cantantes, una mayoría de ellas van a la peluquería como si fuera un trabajo más y ese hecho coqueto queda relegado a una mera obligación que no deja de ser una atadura más a su proyección para poder trabajar
martes, 9 de diciembre de 2008
Peinarse, teñirse, cortarse, arreglarse el pelo es algo absolutamente cotidiano, ese rasgo de las mañanas de plantarse delante de un espejo y coger el cepillo o bien el peine para poner en orden los pelos a veces resulta cansino. Hay personas que irían todos los días al peluquero, hay clientas que estarían el día entero haciéndose tratamientos sentadas en el sillón de su peluquero o peluquera preferidos, es algo que gusta, relaja y muchas veces el peluquero-a es quién escucha, como si de un psiquiatra se tratara, las intimidades inconfesables de quiénes se sientan en esos mullidos sillones, es decir es como hacer un pack, me hago un “mise and plis” y además me deshago de mis problemas, el peluquero es muchas veces mucho más que un peluquero, es una persona que sin ser de la familia esconde secretos inconfesables de sus clientas-es. Los sociólogos explican que cuando un ser humano, especialmente las mujeres, tiene un mal día y se levanta de un humor atravesado, adopta dos soluciones para despejarse, ir de compras e ir a la peluquería, es decir salir de su problema para ir a gastar tiempo y dinero. También debemos mencionar que aquellas personas que viven de su imagen como modelos, estilistas, señoras estupendas que hacen publicidad, señoras famosas, actrices, cantantes, una mayoría de ellas van a la peluquería como si fuera un trabajo más y ese hecho coqueto queda relegado a una mera obligación que no deja de ser una atadura más a su proyección para poder trabajar
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